A poco estamos de cumplirse dos meses desde que Nicolás Maduro anunciara el cierre unilateral de la frontera con Colombia y que además, declarara un estado de excepción en diversos municipios del país. Acción que justificó afirmando que esto reduciría las colas y el contrabando (además de una estrategia tácita: ganar votos para las elecciones parlamentarias).
Sin embargo, vecinos de las localidades de San Antonio y Ureña consultados sobre su calidad de vida desde la ejecución de las medidas coincidieron en que se redujeron considerablemente las colas para surtir combustible, pero en cuanto a alimentos, el problema sigue siendo el mismo e incluso las colas «peores».
Algunos propusieron que se reconsiderara la ampliación de los cupos de gasolina y la posible eliminación del tag, dispositivo o código de barras asignado a cada conductor residente en Táchira o visitante de la entidad, ordenada por Petróleos de Venezuela.
Números aportados por el gobernador José Vielma Mora indican que al cumplirse 35 días del cierre de frontera, el país se ahorró 60,8 millones de litros de gasolina, cifra que actualmente supera 80 millones de litros.
Sienten, sin embargo, que transcurridas varias semanas del cierre no han sido cubiertas las expectativas sobre el abastecimiento de productos de primera necesidad.
“En lo que va de cierre de frontera, y en los últimos días, la situación ha empeorado. La semana pasada solo conseguí dos paquetes de harina de maíz, un litro de aceite, jabón de baño y una crema dental. Los otros productos no llegaron. Hay gente que se arriesga a ir a San Cristóbal, pero allá las colas también son inmensas”, afirmó José Hernández.
“De ninguna manera ha mejorado nuestra calidad de vida. Se nos hace cada vez más difícil nuestro desenvolvimiento. No ha mejorado el suministro de alimentos y hay más controles como captahuellas y el terminal de la cédula de identidad”, dijo un residente de San Antonio que prefirió no dar su nombre. Añadió que a causa de la disminución de las actividades comerciales en esa localidad, algunos de sus familiares quedaron sin empleo.
Domingo Térez, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Ureña, informó que los agremiados le han comunicado que no ha mejorado el abastecimiento de productos. “Los supermercados permanecen todos los días con cola. Se suspendieron todos los suministros que se traían de Colombia. Estamos peor que antes”.
En los municipios fronterizos la actividad comercial ha mermado. “Son muchas las caras largas de nuestros comerciantes e industriales porque pasan los días y no hay mejoras en las ventas”, señaló José Guerrero, concejal de San Antonio.
Las autoridades de Ureña indicaron que si bien los comercios están abiertos las ventas han caído y las industrias operan a menos de 50% de su capacidad instalada.
Con información de El Nacional.