La hiperinflación comienza a tener efectos confusos no solo para los venezolanos que terminan enrollándose cuando hablan de cifras y precios de productos, sino para los equipos que utilizan los comercios para identificar costos.
El sistema registrador de los comercios venezolanos, es decir, balanzas de peso, puntos de venta, cajas registradoras y hasta etiquetas arrojan «error» cuando los trabajadores de los negocios intentan hacer el marcaje de sus productos con sus respectivos precios, como lo exigen las autoridades competentes.
Por esta razón, en algunos locales han recurrido a eliminar tres ceros al bolívar y colocar anuncios explicativos para que sus clientes comprendan los motivos de la medida.