La Unión Europea continuó este lunes perfilando el «grupo de contacto», compuesto por países comunitarios y latinoamericanos para «facilitar» el diálogo en la crisis política venezolana, y preparó su posición de cara al segundo mandato del presidente, Nicolás Maduro, producto de unos comicios «injustos».
«De lo que hablamos es del trabajo para establecer este grupo internacional de contacto sobre el que estamos hablando en la región, en Latinoamérica, y más allá, con buen nivel de interés de algunos actores clave que pueden estar dispuestos a unirse a este grupo de contacto», afirmó la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini.
Mogherini explicó en una rueda de prensa al término de un Consejo de ministros de Exteriores de la UE que éstos «expresaron su deseo que de este trabajo continúe» para configurar dicho grupo «lo antes posible».
«No para empezar una mediación, porque por el momento no vemos las condiciones políticas para ello, sino para ayudar a crear las condiciones para iniciar un proceso político que, en este momento, no existe», afirmó.
La política italiana abogó por que ese diálogo sea «significativo» y tenga «legitimidad y credibilidad», ya que actualmente «la ausencia de una vía política puede crear una situación peligrosa».
Mogherini aseguró que la UE no ha cambiado su política, «que ya está establecida», sobre Venezuela, en particular «la firme petición y las firmes expectativas que tenemos en términos de democracia y respeto de la Constitución del país, los derechos humanos y, especialmente, los derechos de la oposición política».
«Y no hemos cambiado nuestra política de presión en términos de las sanciones que hemos impuesto a algunos de los responsables de la violencia en el país», apuntó sobre unas medidas restrictivas contra 18 altos cargos venezolanos que «no están en discusión».
Según la jefa de la diplomacia comunitaria, «la presión económica que no afecta a la población siempre tiene que ir de la mano de un diálogo e implicación política».
«Vamos a ver si se dan las condiciones para establecer este grupo; soy positiva sobre ello», concluyó.
Por lo que se refiere a la investidura de Maduro tras unas elecciones presidenciales que la UE no consideró «justas ni libres», prevista para el próximo 10 de enero, Mogherini afirmó que «hemos acordado una línea común los Estados miembros» y se mostró «convencida» de que será «equilibrada», pero también una «señal muy clara» hacia las autoridades del país.
Sí que aclaró que la UE «normalmente se relaciona con países» más que con «gobiernos» y que la gran cantidad de ciudadanos europeos que vive en Venezuela «se tiene que seguir beneficiando de apoyo consular» europeo.
«Pero sobre la investidura, nuestra posición será expresada muy claramente y de forma común», zanjó.
Los Estados miembros son proclives a no enviar ningún representante a la investidura si se celebra en la Asamblea Constituyente que impulsó Maduro al margen del Parlamento, mientras que si se produce en otro lugar, la representación será de un cargo inferior a embajador, indicaron fuentes diplomáticas europeas.
El ministro español de Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, indicó por su parte en una rueda de prensa al término del Consejo que «la idea del grupo de contacto sigue avanzando» y que hay «acuerdo para constituirlo» una vez superadas «reticencias» iniciales.
Confirmó que estará compuesto de «países latinoamericanos y varios europeos».
Sobre la próxima investidura de Maduro, afirmó que supondrá el inicio de «otro estadio de nuestras relaciones con Venezuela».
Borrell reconoció que la crisis que atraviesa Venezuela supone también un «problema de política interior en España» y que, aunque la decisión es la de mantener las sanciones ya impuestas, se trata además de «buscar lo que todo el mundo pide: negociación entre venezolanos».
«Conjugar sanciones personales (…) con un instrumento no de mediación, porque no se dan las condiciones, pero sí de facilitar la negociaciones», explicó.
Sobre las sanciones, impuestas por la UE hace poco más de un año, reconoció «no han hecho cambiar al régimen» pero que eso «no quiere decir que las vayamos a levantar» y que los europeos continuarán en «búsqueda de la solución negociada que todo el mundo anhela».
Con información de EFE
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