El fiscal en el exilio Zair Mundaray ofreció más detalles sobre la autopsia del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, quien fue asesinado tras recibir fuertes torturas por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
Indicó en entrevista para Carla Angola que el militar sufrió golpes, suspensión y electrocuciones.
Señaló que las lesiones en los hombros evidencian que estuvo suspendido. Los golpes, afirmó, los recibió en la zona toráxica, los glúteos y las piernas.
Mundaray dijo que el capitán tenía fractura de tabique nasal, excoriaciones en hombros, codos, rodillas; hematomas en el muslo, en ambas extremidades, en la columna; lesiones similares a latigazos en la espalda y muslos posteriores; tenía un pie fracturado y signos de quemaduras en ambos pies.
Este miércoles el cuerpo del capitán fue enterrado en el Cementerio del Este bajo control por orden del Tribunal 36 de control. Estuvo 12 días en la Morgue de Bello Monte luego de su muerte.