Cuando había harina PAN para hacer arepas y éramos felices y no lo sabíamos, teníamos preocupaciones muy distintas a saber qué día llegan las cosas al mercado, cuando corresponde tu número de cédula o cuántos empaques son por persona.
El problema radicaba en elegir con qué queríamos rellenar la arepa. La mayoría de las veces nos peleábamos por al mortadela o esa sabrosa boloña de pollo que nos garantizaba una buena alimentación y además era bastante económica.
Pero eso se acabó, en Venezuela, todo lo barato pasó a ser caro de un día a otro. El kilo de boloña llega a los 4.800 bolívares, prácticamente a los 10 días de trabajo para el que cobra solo 15.051 bolívares de sueldo mínimo.
En septiembre de 2015, apenas llegaba a los 1.400 bolívares, posteriormente en febrero de 2016 alcanzó los 1.600, hasta finalmente llegó a su costo actual.