Monseñor Aldo Giordani, nuncio apostólico de Venezuela, renunció a la condecoración que le iba a otorgar el gobierno de Nicolás Maduro.
«El gobierno nacional había propuesto darme una condecoración, pero yo pedí, en nombre del papa, renunciar a esta condecoración porque el papa Francisco nos dice que en un país sus representantes tienen que ir a servir, a ayudar, y no a buscar algo de honor. En estos siete años intenté en todos los límites que conozco servir junto con el cuerpo diplomático servir a la paz, a la reconciliación, al diálogo, a la diplomacia; quedan en mi corazón los encuentros», señaló.
Recordó que para él es muy difícil dejar el país porque el pueblo venezolano se ha quedado en su vida con sus sueños, sus luchas y sus esperanzas, luego de ser nombrado nuncio apostólico en Venezuela y arzobispo titular en octubre de 2013.
«He tenido la suerte de despedirme de Venezuela presidiendo la beatificación del doctor José Gregorio Hernández. Fue una sorpresa para mí, yo no podía imaginar, fue algo que estaba escrito en las estrellas, en el cielo, fue una despedida que me queda en mi corazón«, manifestó.