La Fuerza Armada identifica a la oposición y estudiantes como enemigos, cuando debería tener en su lista a los cubanos que se han colado en los cuarteles y demás instituciones soberanas del país.
Todos los días, el satélite Simón Bolívar supervisa si hay violaciones del territorio nacional e inmediatamente es reportado al Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
La operación es solo una de las órdenes, planes y programas que lleva a cabo el estamento militar para resguardar la seguridad nacional. Sin embargo, al revisar cinco planes desarrollados en 2014, 2015 y a principios de 2016, todos tienen un elemento común: en la categoría de “fuerzas enemigas” siempre aparece en primer lugar “organizaciones de derecha y opositoras al sistema de Gobierno vigente”.
No importa si se trata del Plan de Operaciones de Seguridad de Mercados, Supermercados y Comercios o de resguardo de escuelas públicas. Desde las altas esferas castrenses se instruye a los soldados para que consideren, enfrenten y actúen contra cualquier acto de la oposición que afecte la “paz de la República”, reseñó El Nacional.
Desde 2014 hasta la fecha el Ceofanb parte de la idea de que la oposición, sin identificar a partido alguno, puede “aprovechar alguna coyuntura” para saquear en el caso de supermercados, o “busque desestabilizar y crear pánico en la población” mediante la paralización del transporte público, según los documentos calificados de secretos por el Ceofanb.
La Operación Centella tilda de “fuerzas enemigas” no solo a “personas o grupos organizados, contrarios al Gobierno”, sino a los grupos gremiales, obreros y sindicales adversos a Miraflores. Entre las “fuerzas amigas” están los cuatro componentes de la FANB (el Ejército, la Armada y la Aviación), la Dirección General de Contrainteligencia Militar, el Sebin, Cicpc, Tránsito Terrestre, Protección Civil, Policía Nacional Bolivariana, policías regionales y municipales y consejos comunales.
La Operación Centella se puso en práctica en febrero de 2014 cuando se desató una serie de protestas en el país, que condujo a la detención del dirigente político Leopoldo López y más de 3.000 personas, y la muerte de 43 ciudadanos.
En el plan de Operaciones de Seguridad a Centros de Educación Media y Superior se precisa que los “enemigos” son “grupos u organizaciones que paralicen” escuelas o universidades, “organizaciones políticas o particulares nacionales o extranjeros de la derecha” que alteren el orden, así como estudiantes o empleados públicos que “pretendan hacer boicot” en recintos educativos con el argumento de “razones sociales, políticas y económicas”.