Una agradable e inesperada sorpresa se llevó una madre venezolana al volver a ver personalmente, luego de cinco años, a su hijo que emigró a Chile.
El joven se le apareció sin avisar a su mamá el día de su cumpleaños número 70. Con torta en mano, el muchacho tocó a la puerta para que su madre le abriera.
Al abrir la puerta, el joven comenzó a cantarle «cumpleaños feliz» a su mamá, quien incrédula -después de unos instantes- se abalanzó a abrazarlo con gran emoción.