María Gabriela Isler ya coronada como la séptima Miss Universo venezolana sigue esperando su recibimiento en el país, mientras tanto no ha pasado desapercibida en ningún momento gracias a su constancia y dedicación. Las labores de una Miss Universo van más allá de estar siempre bellas, sus agendas tienden a estar repletas de compromisos sociales o laborales. Desde que se coronó la reina universal no ha tenido ni un momento de respiro, su agenda en un día en su vida cotidiana está totalmente repleta de reuniones, citas, compromisos ya que un día desfila en una comparsa festiva de Ecuador y otro en el Miami Fashion Week.
Su pasaporte esta de lleno de sellos como: Marruecos, Singapur e Indonesia, donde la recibieron en un paseo en el carruaje de caballos que traslado a los príncipes de Gales en 1992. Además fue presentadora de dos premios importantes: Billboard y Gramy no se deja en duda la constancia de esta bella mujer.
Sus labores con la sociedad van de mano con su entusiasmo y humildad; fue invitada como en el capitolio estadounidense para dar un discurso sobre el VIH además se reunió con una ONG y grupos de damnificados en una isla filipina afectada por el tifón Yolanda. Esta reina no solo ve el concurso como una relación con la belleza sino que admite la importancia y responsabilidades que traen sostener una corona en la cabeza tanto literal como en el sentido figurado por ello afirma que “Es una oportunidad para demostrar de qué está hecha la mujer venezolana, que es trabajadora y alza su voz por quienes no la tienen”
Un poco más de su agenda personal
Según Voices de The Huffington Post, María Gabriela es la cuarta latinoamericana más influyente del mundo. La preceden el Papa Francisco, Carlos Slim y el Futbolista Lionel Messi.
Sus abuelos son de raíces suizas y alemanes, aficionada en la repostería y la confección de accesorios.
Tiene una carrera de modelo y una licenciatura en Ciencias Gerenciales de la Universidad Tecnológica del Centro.
Completamente familiar portadora de “la familia es lo más importante” esta mujer se define “una muchacha sencilla que creció entre Valencia y Maracay”. Ha conocido diferentes países, uno solo está en su corazón
Esta Miss tiene claro su nacionalidad y por ello afirma: «Soy venezolana y me duele mi país, mi casa está allá y tengo el mismo derecho que todos los venezolanos» a pesar de su espera con el recibimiento sensacional en el país. María Gabriela afirma que «Se ha pospuesto porque no estaban las condiciones y porque sería incoherente aparecer allá y montar una celebración en medio del caos. Las aguas tienen que bajar pero no voy a ser la primera miss venezolana que se quede sin recibimiento», reseñó el portal de noticiasdeaqui.net.