El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prefirió mantenerse al margen y no opinar sobre la deportación del equipo periodístico de Univisión desde Venezuela.
El mandatario mexicano indicó que a pesar de expresarle su solidaridad quería dejar claro que no quiere «involucrarse» en un asunto «que está muy polarizado».
«No quiero ser luz de la calle y oscuridad de la casa. Quiero primero atender nuestros asuntos (los mexicanos), pero además apegarme a la política de principios, de no intervención, de autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias», señaló.