Cientos de migrantes venezolanos permanecen varados en las calles de la ciudad San José (Costa Rica), buscando la manera de subsistir y otros hacer el dinero para emprender el viaje de vuelta a su país, luego de adoptadas las nuevas políticas migratorias de los Estados Unidos.
De acuerdo a la información de EFE, los migrantes reciben alimentos, medicinas y ayudas de iglesias y de fundaciones, mientras que otros viajan en los buses que el gobierno costarricense ofreció para trasladarlos a la frontera con Panamá.
En tanto, al menos unos 3.800 migrantes venezolanos que se encontraban en un albergue en la capital panameña han retornado de forma voluntaria a su país en los últimos días en «vuelos humanitarios», informó el pasado sábado una fuente oficial.
Panamá reportó el viernes «una drástica disminución del flujo de migrantes irregulares, principalmente venezolanos», que llegan al país por la selva del Darién, la frontera con Colombia, por donde han entrado en lo va del año 208.866 personas.
La caída en la cifra ocurre después de que el 12 de octubre el gobierno de Estados Unidos anunciara la norma que indica que todo venezolano que entre a ese país, habiendo cruzado de manera irregular la frontera de México y de Panamá, será expulsado.
Redacción Maduradas con información de EFE
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