El canciller chileno, Alberto van Klaveren, afirmó este martes 25 de abril, que resolver la crisis interna de Venezuela, “puede contribuir también a enfrentar varios de los desafíos que se ven Chile, en particular al significativo flujo migratorio”.
El funcionario participó en la Cumbre de Bogotá sobre Venezuela, en la cual la comunidad internacional articuló esfuerzos para que el régimen de Nicolás Maduro y la oposición se sienten nuevamente en la mesa de negociación instalada en México.
“La reunión se concentró en el apoyo al proceso de diálogo indispensable entre las distintas partes presentes en la política venezolana, un diálogo entre Gobierno y oposición apoyado por la comunidad internacional y que permita la realización de elecciones libres y transparentes”, enfatizó el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, según lo reseñado por la agencia de noticias EFE.
“Y que en la medida que se avance (en el diálogo), puedan levantarse varias de las sanciones que afectan gravemente a la economía venezolana. Esperamos que, con estas medidas, ese flujo migratorio a mediano y largo plazo pueda reducirse significativamente”, agregó.
El Palacio San Carlos, sede de la cancillería colombiana en Bogotá, reunió este martes a veinte países para la Conferencia Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela. Sin embargo, sus conclusiones no llenaron las expectativas en una jornada enmarcada por la expulsión de ese país del expresidente encargado y diputado, Juan Guaidó.
«La necesidad de establecer un cronograma electoral que permita la celebración de elecciones libres, transparentes, y con plenas garantías para todos los actores»; y avanzar «en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones», fueron dos de las conclusiones del encuentro leídas por el canciller de Colombia, Álvaro Leyva, quien resaltó que todos los participantes impulsan la reanudación del diálogo en México.
Por último, se acordó que debe implementarse el «fondo fiduciario único para inversión social en Venezuela» acordado en noviembre en México, es decir, los 3.200 millones de dólares que pone Caracas como condición innegociable para volver a sentarse.
En paralelo, Guaidó tuvo que salir de Colombia con dirección a los Estados Unidos, donde llegó a la ciudad de Miami este martes 25 de abril por la mañana, luego de que se le informara que no estaba invitado a una conferencia o cumbre internacional organizada por el vecino país y recibiera amenazas de Leyva.
«Si no aparece, corre riesgos porque entró de forma inapropiada y en Colombia cumplimos la ley», dijo el funcionario colombiano. Posteriormente, Guaidó fue conducido por Migración Colombia al aeropuerto de El Dorado y afirmaron que él mismo había comprado el tiquete hacia los Estados Unidos.
Ya en los EEUU, Guaidó condenó la actitud del gobierno del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y afirmó que su iniciativa de diálogo carece de coherencia, dado que él ya se ha puesto del lado de la “dictadura”. Sin dar mayores detalles, señaló que teme por su familia y equipo de trabajo, quienes se encuentran en su mayoría en Caracas.
“Tengo 70 horas o más de viaje. Estoy muy preocupado por mi familia y por mi equipo de trabajo, que ya han visto las consecuencias de una dictadura, torturados, perseguidos y este momento amenazado directamente”, fueron las primeras palabras de Guaidó en EEUU a un grupo de periodistas.
“Han recibido llamadas amenazando directamente, no solamente a Fabiana (su esposa), sino también a su familia, a mi equipo de trabajo y hemos visto cómo la dictadura en otras ocasiones ha respondido”, denunció el también diputado de la Asamblea Nacional (AN) electa en el 2015.
Vale destacar, que Guaidó nunca aseguró que fue invitado o participaría en la cumbre o conferencia internacional, solo que solicitaría «reuniones con las delegaciones internacionales que asistan». Así lo apuntó en un reciente comunicado.
Redacción Maduradas con información de EFE
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