Bajo el lema “Democracia siempre”, el presidente de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, encabezó un acto en el palacio de La Moneda, bombardeado hace 50 años durante el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.
Antecedido por un clima de divisiones entre la élite política chilena, el acto de conmemoración del golpe que instaló la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) estuvo marcado por mensajes en defensa de la democracia y de condena a todo régimen que viole los derechos humanos.
“No importa el color del régimen que viole los derechos humanos, sea rojo, azul o negro: los derechos humanos deben ser respetados siempre y su vulneración, condenada sin matiz alguno”, subrayó el presidente Boric.
El mandatario chileno indicó que “no es separable el golpe de lo que vino después, desde el mismo momento se violaron los derechos humanos”.
Horas antes, el partido de derecha radical UDI, que no participo en el acto oficial en el palacio presidencial, emitió un comunicado en el que aseguró que el derrocamiento de Allende se debió a “la situación extrema que vivía Chile, marcada por el odio, la legitimación de la violencia como vía de acción política y la severa polarización provocada por un sector de la izquierda chilena”.
“El quiebre” institucional y social “el 11 de septiembre se transformó en algo inevitable”, escribió el partido UDI.
“Nos revelamos cuando nos dicen que no había otra alternativa, por supuesto que había otra alternativa”, dijo Boric en el acto ante los aplausos de familiares de detenidos desaparecidos y los presidentes de México, Andrés López Obrador; de Colombia, Gustavo Petro; de Bolivia, Luis Arce, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou.
Además, estaban expresidentes, como el uruguayo José ‘Pepe’ Mujica, el colombiano Juan Manuel Santos, el exjefe de gobierno español Felipe González y la presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Con la voz quebrada, la senadora socialista Isabel Allende, hija del presidente derrocado, conmovió a los asistentes al narrar su vivencia el 11 de septiembre de hace 50 años, seguida en primera fila por Maya Fernández, ministra de Defensa y nieta de Salvador Allende.
“Hoy, cuando la democracia en el mundo enfrenta nuevas amenazas autoritarias, es más necesario que nunca renovar el compromiso de todos y cada uno por la democracia. Es por eso Presidente (Boric) que es muy valiosa la carta ‘Democracia Siempre’, que usted ha firmado con todos nuestros expresidentes de Chile”, destacó la senadora.
“Cueca sola”
La ceremonia tuvo varios momentos cargados de emoción, como el minuto de silencio que se guardó a la hora exacta, a las 11H52, en que La Moneda fue bombardeada por la Fuerza Aérea, hace 50 años. Durante la dictadura hubo 1.747 asesinados y 1.469 personas desaparecidas.
Siguió la interpretación de la “Cueca sola”, un tema del grupo folclórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, que muestra el baile tradicional de Chile, pero en una versión donde una mujer danza en solitario.
Medio siglo después del golpe militar, Chile sigue dividido entre los que defienden y repudian la dictadura.
Hoy gobiernan los herederos políticos de Allende, pero el Partido Republicano, que reivindica el legado de Pinochet, ganó las recientes elecciones de los constituyentes que redactan un proyecto de Carta Fundamental para reemplazar a la que se escribió en dictadura.
Según la encuesta Criteria, un 49% considera que la conmemoración del golpe “es irrelevante”, mientras que un 48% dijo que estos actos “afectan la convivencia futura”.
Conmemoración amarga
La expresidenta Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) pidió a la oposición de derecha más altura de miras en medio de la tensión que ha caracterizado la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile.
“Como país necesitamos seguir reflexionando y aprender de las lecciones del pasado, porque uno se teme que cuando hay un grado de polarización importante -como ya lo he dicho, la política está un poquito tóxica-, el riesgo de mirar de manera cortoplacista y mezquina no nos hace bien”, sostuvo en una radio local Bachelet, torturada durante la dictadura e hija de un general de la Fuerza Aérea que murió tras haber sido también torturado.
La oposición de derecha se abstuvo de sumarse al compromiso para “defender la democracia de las amenazas autoritarias” impulsado por el presidente. Esa declaración estará disponible para que todos los invitados puedan estampar su firma en él.
AFP
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