Hace dos años se dio a conocer oficialmente la muerte de Hugo Chávez Frías, si bien hay muchas dudas en cuanto a la fecha, lo cierto es es que el 5 de marzo de 2013 a las 4:25 PM, salió Nicolás Maduro informándole al país desde el Hospital Militar, que el hasta entonces presidente, había fallecido.
Dos años después, los venezolanos siguen recordándolo ya sea porque lo aman o porque lo odian, lo cierto es que pese a su muerte, sigue presente (sobre todo, en esos ojos que están estratégicamente colocados en toda la ciudad) y los actos conmemorativos por parte del gobierno ya están pautados.
Todo inicia con un “cohetazo nacional” en la madrugada del mismo jueves, según informó el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
A esto se unirá la instalación de una “Tribuna Antiimperialista” en la Plaza Bolívar de Caracas durante el mediodía, que previsiblemente girará en torno a la retórica antiestadounidense y a las recientes acusaciones de que Washington orquesta un golpe de Estado contra el gobierno de Maduro, con apoyo de políticos venezolanos de derecha.
En la tarde, a las 4:25 PM, se realizará un homenaje en el Cuartel de la Montaña en Caracas, lugar donde reposan los restos de Chávez.
Dos años después
La añoranza por el fallecido líder invade todavía a muchos adeptos al oficialismo, sobre todo a los receptores de las misiones, millonarios programas de alimentación, salud y educación gratuitos o a precios subsidiados que costeó con la renta petrolera e implementó con la ayuda de Cuba.
Otros chavistas, sin embargo, muestran su desencanto por el rumbo que ha tomado el gobierno de Maduro, continuador del modelo socialista de controles y de planificación centralizada.
Las voces críticas, que cuestionan como en el “madurismo” se ha privilegiado la corrupción, surgen incluso desde las filas del chavismo, tal y como Nicmer Evans, politólogo miembro del PSUV que prácticamente ha sido expulsado de su militancia sin un proceso disciplinario.
En un reciente artículo publicado en el portal web de izquierda Aporrea, Evans subraya los privilegios de los cercanos al poder y sus actos de corrupción al poder “designar a dedo contrataciones con el Estado con posibilidad de privilegiar a familiares, amigos o compadres”.
Con información de ABC.