Aunque hace tiempo Venezuela dejó de ser una paraíso de rentabilidad económica para inversionistas extranjeros, el presidente Nicolás Maduro intentó convencer a los empresarios turcos de todo lo contrario.
Durante su alocución en un acto en Turquía, el jefe de Estado dijo que nuestro país (con una inflación acumulada de más de 700% en lo que va de año) era una tierra de «oportunidades».
«Le digo a los empresarios de Turquía, que tienen fama de ser buenos inversionistas, de descubrir oportunidades, Venezuela es la tierra de la oportunidad en este tiempo del siglo XXI. Además de las riquezas naturales que ustedes ya conocen, tiene todas las condiciones para convertirse en un país potencia. Les vengo a decir, bienvenidos todos los inversionistas que quieran participar en este esfuerzo de diversificación económica», declaró.
La «promesa» de convertir a Venezuela se viene escuchando desde los primeros años de la malograda revolución. Pero lo que es cierto hoy es que el Estado está hasta rematando sus edificios consulares en ciudades como Nueva York porque el país fue quebrado.