Las autoridades ecuatorianas verifican las cámaras de seguridad para tratar de hallar pistas sobre la muerte de la venezolana Lorena Marina Cardozo, de 21 años de edad, asesinada el pasado 18 de marzo.
“Se está recurriendo a verificar cámaras de video, mediante un sistema especial integrado de videovigilancia que tienen las ciudades en Ecuador y que conecta a bomberos, ambulancias, policías. Como el (servicio de emergencia) 911 de Estados Unidos. Se llama ECU 911”, dijo a el Nuevo Herald el jefe de la subzona policial de la provincia de Manabí, coronel Giovanni Ponce.
La autopsia reveló que Lorena no murió en la carretera donde fue hallada, sino que fue abandonada en el lugar.
“No es que fallece en ese lugar. Estamos investigando en dónde fue el fallecimiento y quién la trasladó a ese lugar”, detalló y aseguró que aun no tiene sospechosos.
Esa autopsia determinó que falleció por una asfixia por líquidos gástricos: «No hay signos de violencia”, aseguró la autoridad.
Los familiares de la joven, que había emigrado a Manta hace seis meses, sostienen que tenía una herida en la ceja izquierda “como si tuvo un forcejeo” y le habían dibujado un corazón en la planta de uno de los pies con una aguja sin tinta, además de tener una pequeña herida en una rodilla.
Una prima de Cardozo declaró a una televisora local denunciado que lo ocurrido fue un homicidio y como tal debería ser investigado.
El novio de la víctima, Maile Ferrer, también está pidiendo que el caso sea investigado como un crimen y que se haga justicia, según el diario El Comercio.
Se tomaron muestras de las uñas y de la vagina de la joven y otras muestras se sometarán a exámenes toxicológicos para determinar “qué había tomado o qué le dieron, si ese fue el caso”.
Una unidad especializada está investigando el caso.
Redacción Maduradas con información de El Nuevo Herald
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