La tregua parece llegar a su fin. Luego de varios meses en los que la relación entre el Gobierno nacional y la Iglesia católica mostró signos de mejoramiento, hoy una nueva serie de descalificaciones y acusaciones por parte de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, hacia monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro, caldea los ánimos entre el Ejecutivo y la institución religiosa. El también vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela acusó a Lückert de pretender dividir al país e incentivar al odio. Expresó su deseo de enviar al religioso a un viaje al planeta Marte de “ida y sin regreso”. El funcionario del Estado adjudicó sus declaraciones al supuesto hecho de que el prelado mostró en el Vaticano una bandera tricolor de siete estrellas el pasado domingo.
Monseñor Roberto Lückert, quien también funge como presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), desmintió las acusaciones realizadas por Cabello. “Yo no he salido del país a Roma en los últimos días, y menos con una bandera de siete estrellas, porque yo estudié Historia de Venezuela y sé que la octava estrella no la puso Chávez, la decretó el Libertador en Angostura”.
Respecto a sus presuntas declaraciones en Isnotú, a propósito de los 150 años del natalicio de José Gregorio Hernández, en las que habría dicho que a los venezolanos que fueran “infelices” había que enviarlos a Marte con una misión del Gobierno, el representante de la Iglesia católica respondió: “Tampoco he ido a Isnotú en estos días. Las fiestas del natalicio de José Gregorio Hernández las hice en Coro con una hermosa misa. Él dice que me manda a Marte, bueno, yo quisiera irme con él para hacerle un grandísimo favor a toda Venezuela, es decir, si yo me llevo a Diosdado para Marte, los venezolanos me lo van a agradecer y hasta velas me van a prender”.
Buscan descalificar
El arzobispo de Coro lamenta que el Gobierno central busque descalificar y desprestigiar a la Iglesia católica a través de falsos señalamientos. Resaltó que la principal fuente de mensajes de odio y división, durante los últimos 15 años, ha venido del Presidente de la República y sus voceros.
“Lo digo públicamente, Diosdado Cabello es un mentiroso de oficio, un mitómano. Con este tipo de mentiras que él mismo fabrica o que el G-2 cubano le suministra. Los únicos que se dirigen al país con un lenguaje de insultos y vejaciones es el Gobierno. Ellos son quienes están sembrando el odio y la división en nuestro país”.
Cada vez más lejos
La posibilidad de retomar las labores de diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana luce cada vez más lejos. Aunque en reiteradas oportunidades la Conferencia Episcopal Venezolana ha abogado por retomar la mesa de conversaciones entre ambos bandos, monseñor Lückert asegura que es imposible dialogar con “tanto” irrespeto.
“Dialogar es respeto de ambas partes, y creo que en este caso el Gobierno nacional, que debería ser el principal interesado por restablecer las conversaciones, no da el ejemplo de tan importante requisito”, reseñó AV.