Tras cumplirse 34 días del cierre total de frontera con Colombia impuesto por Nicolás Maduro de manera unilateral, las calles de San Antonio del Táchira lucen desiertas y con los comercios cerrados en su gran mayoría.
Una profunda crisis económica mantiene al borde de la quiebra a comerciantes e industriales de las poblaciones de San Antonio y Ureña, y es que más allá de la crisis humanitaria que generó el cierre del paso fronterizo esto también ha afectado a las empresas y comercios locales.
El esperado paso de camiones con mercancías no termina de concretarse y los empresarios venezolanos denuncian pérdidas millonarias generadas –principalmente– por la permanencia de los camiones en los estacionamientos aduanales colombianos.
Ello pese a un acuerdo establecido la pasada semana entre los operadores fronterizos y la autoridad única de la Zona 1, general Carlos Martínez Stapulionis, que hasta este martes, aún no había comenzado a ponerse en práctica.
El lunes, la mayoría de los comercios permanecían cerrados, debido a que ya no tienen mercancía para vender o la poca afluencia de compradores hace que resulte más costoso mantener abiertas las Santamarías que dejar los negocios cerrados.
El único movimiento comercial que se observa en poblaciones como San Antonio del Táchira durante las últimas semanas, se produce a las afueras de los supermercados y otros establecimientos de venta de comida, donde cientos de personas se agolpan para intentar acceder a los rubros alimenticios, cada vez más escasos en la zona.
Con información de La Opinión.