La visita del presidente Nicolás Maduro a México para la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador no fue más que polémica debido al alto rechazo de la población y políticos de ese país que no estuvieron de acuerdo con su presencia.
Como si el desprecio en el Congreso de México no hubiese bastado, Maduro llevó cerca de 100 escoltas militares al Palacio Nacional de ese país, sin que éstos estuvieran autorizados para ingresar.
Su llegada al país azteca se caracterizó siempre por el gran número de acompañantes, mientras una centena de escoltas lo rodeaban, en sus alrededores las masas le gritaban que se fuera, lo tildaban de “dictador” y lo insultaban; pese a esto, Maduro aseguró que se trataba de muestras de apoyo.
Cuando el mandatario venezolano intentó entrar al Palacio Nacional tuvo otro percance, porque no dejaron pasar a sus acompañantes, la mayoría militares uniformados, lo que fue calificado por la prensa mexicana como una falta de respeto.