Dos diputados fueron víctimas de la represión con bombas lacrimógenas que aplicó la Policía Nacional Bolivariana para evitar que los manifestantes opositores llegaron a la Defensoría del Pueblo.
Se trata de José Guerra y Amalia Belisario, quienes se desmayaron por el efecto de los gases tóxicos.
A los diputados Gaby Arellano, Juan Andrés Mejía y Miguel Pizarro les rociaron gas pimienta.