Las promesas incumplidas de resolver los problemas que se registran en el país han provocado un gran descontento en las comunidades de los sectores populares, aseguraron líderes sociales de La Vega, Catia y Artigas.
En el barrio Los Mangos hay una base de misión socialista que apoyó al presidente Nicolás Maduro y amenazó a quienes no lo hicieran, pero, ante la ausencia de respuestas a las ayudas solicitadas han terminado decepcionados en las bases del Psuv.
Uno de ellos admitió que nunca han sido atendidos por el Estado pese a su lealtad: “Hemos ido a presentar propuestas, como lo ha pedido el presidente. Nos reciben en los ministerios y nos dicen que debemos hacer un censo en la comunidad y cuando lo entregamos, la respuesta es ‘no tenemos recursos’. Entonces cuándo es que el pueblo contará con ellos. Ya hemos dado todo por la revolución”.
Un vecino del mismo sector, quien prefirió declarar bajo anonimato, contó que hasta hace unos meses eran amedrentados por afectos al chavismo, pero «la miseria también tocó a sus puertas y abrieron los ojos».
Agregó que «antes nos prohibían hacer eventos que no se pareciesen a su proyecto político. Han entendido que si no trabajamos en conjunto, no encontraremos soluciones para nuestra comunidad, esas que no da ni dará Maduro”.
Mientras que en Artigas los simpatizantes del presidente y su gabinete están desilusionados: “Los afectos a Maduro ya no tienen el mismo ímpetu que antes, cuando amenazaban con la bolsa o con quitar la pensión si apoyabas otra opción. Eso se acabó”, dijo un líder comunitario.
Incluso el carnet de la patria pasó a un segundo plano, aseguran, pues cuando el presidente anunció el lanzamiento del mismo, los voceros obligaron a los ciudadanos a presentarlo para venderles las cajas de comida, también les exigían votar en centros cercanos donde los comités pudieran chequearos con una lista.
“El gobierno utilizó a sus bases para que amenazaran a las comunidades con el carnet de la patria. Pero ahora que Maduro se reeligió y se dan cuenta de que los problemas se han agudizado y no hay intención de mejorar el país, dejaron de exigir el carnet para comprar el CLAP. Dejaron de creer”, dijo Manuel Hernández, líder de La Vega.
Por su parte, un dirigente comunitario de Catia aseguró que el carnet solo se utiliza cuando Maduro decreta los bonos.
“Sabemos que es una migaja y una política que no promueve el trabajo, sino que la gente se acostumbre a recibir sin hacer nada. El gobierno perfeccionó una política que le llevó años. Primero acabó con las empresas de alimentos, fábricas y laboratorios. Después dejó de importar. Es decir, nos cortaron un pie y nos dieron unas muletas, que son los CLAP y el 0800SaludYa, y luego dijeron que caminábamos por las muletas”, enfatizó.
Andrea Rondón, directora del Comité de Derechos de Propiedad de Cedice, aseguró que, independientemente de que ahora no coaccionen como hasta hace dos meses, el mecanismo de control continúa siendo peligroso.
Recordó que el carnet de la patria no es un instrumento legal y fue diseñado para ejercer control sobre la salud y la alimentación.
Redacción Maduradas con información de El Nacional.
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