El reciente anuncio del presidente Nicolás Maduro al respecto del lanzamiento de la criptomoneda venezolana, el «petro», despertó el rechazo del Departamento de Estado de EEUU, ya que, según denunciaron, quien adquiera el criptoactivo, estaría incurriendo en la ilegalidad.
Adquirir petros significaría incurrir en una «falta» ante las sanciones económicas impuestas por EEUU a ciertos miembros del gabinete de gobierno venezolano y representa una «extensión del crédito venezolano».
Según expresó el economista estadounidense Steve Hanke, vía Twitter, cualquier empresa o ciudadano estadounidense que compre petros, estaría iniciando negocios con Venezuela y, por consiguiente, podría ser sancionado.