El Congreso de Estados Unidos está convencido sobre la necesidad de sancionar a dirigentes del chavismo involucrados en violaciones de los derechos humanos ante la ferocidad con que el régimen de Nicolás Maduro ha salido a reprimir a los estudiantes y a la sociedad civil, dijo el sábado el congresista por Florida, Mario Díaz-Balart.
“Nosotros en el Congreso vamos a seguir actuando de una manera bipartidista y enérgica. Hemos aprobadas resoluciones de solidaridad, hemos preparado legislación [que contiene las sanciones], [y] estamos convencidos de que la vamos a aprobar”, declaró Díaz-Balart en un foro sobre Venezuela organizado por el Florida Internacional University (FIU).
“Esto es importante porque el mejor amigo de la tiranía es el silencio y afortunadamente en el Congreso de Estados Unidos, y en esta comunidad, nosotros no vamos a guardar silencio. Vamos a seguir mostrando solidaridad y vamos a seguir ejerciendo presión”, declaró.
Las sanciones, que congelaría las cuentas y propiedades en Estados Unidos de entre 100 y 200 militares y dirigentes chavistas, pretenden castigar lo que ha sido calificado como una de las más severas olas represivas emprendidas en la historia republicana de Venezuela.
Al menos 42 personas han muerto y cerca de ochocientas han resultado heridas luego que estudiantes universitarios emprendieron las protestas contra el régimen a inicios de febrero. Maduro también ha arrestado a más de 2,000 manifestantes y organizaciones que velan por los derechos humanos han reportado decenas de casos de torturas.
Según los expertos que brindaron su opinión durante el foro, las manifestaciones que sacuden al país están produciéndose en el marco de los esfuerzos de Maduro por terminar de incrementar los mecanismos de control y represión sobre la ciudadanía.
El país atraviesa por una aguda crisis económica que está golpeando duramente al pueblo venezolano, acentuando la ya pronunciada escasez y acelerando aún más lo que ya es la más alta tasa de inflación del planeta.
Pero los manifestantes venezolanos no están en la calle sólo para protestar la grave situación económica del país, explicó Luis Fleischman, columnista y profesor de Ciencias Políticas del Florida Atlantic University Honor College.
Las protestas también se están produciendo en el marco del endurecimiento de los razgos dictatoriales del gobierno venezolano, que se torna “cada vez más represivo, invadiendo cada vez más las libertades privadas del pueblo venezolano”, comentó Fleischman en el foro llamado “Pressure, Sanctions & Strategy, How to Influence Change in Venezuela”.
El académico explicó que el régimen pretende consolidar los instrumentos de miedo y represión que le permita apaciguar el creciente descontento provocado por las dificultades económicas.
“El gobierno venezolano ha asegurado la lealtad de de los militares para su gobierno déspota y ha suprimido a los sindicatos, a los medios de comunicación, a las agrupaciones empresariales y de profesionales”, dijo Fleischman.
“De la misma manera, la gente está siendo intimidada por agrupaciones paramilitares, por la politización de los puestos de trabajo, particularmente en compañías como PDVSA”, agregó.
El estratega político Michael Rowan dijo que en realidad son proporcionalmente pocos los venezolanos que respaldan el modelo revolucionario que adelanta el chavismo en el país.
Pese a los esfuerzos del chavismo por polarizar al país, la población venezolana está culturalmente muy unidad, y comparte los conceptos democráticos instaurados por décadas en la nación petrolera.
“Un 75 por ciento prefiere un gobierno democrático frente a un 18 por ciento prefiere uno revolucionario”, dijo Rowan citando cifras de la encuestadora Alfredo Keller y Asociados.
“Eso es una gran oportunidad”, dijo Rowan, al explicar que una inmensa mayoría de los venezolanos no comparte la visión castrista de Maduro.
Los presentes, entre quienes también se encontraban activista de la comunidad venezolana en Miami, coincidieron en la necesidad de adoptar las sanciones discutidas en el Congreso.
“Es muy necesario que se apliquen medidas selectivas a funcionarios del régimen que estén involucrados en hechos de corrupción, en hechos de violaciones de los derechos humanos y en el narcotráfico”, comentó Horacio Medina, secretario ejecutivo de la representación en Miami de la Mesa de la Unidad Democrática, organización que aglutina a los principales partidos de oposición del país.
Según Medina, se requiere ese tipo de presión internacional debido a que Venezuela es un país bajo ocupación extranjera, con los representantes del régimen de Fidel Castro, y agrupaciones terroristas como el Hezbolá, las FARC y el ETA operando activamente en el país.
El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja ya aprobó las sanciones la semana pasada y el comité del Senado prevé hacer lo mismo la próxima semana.
Díaz-Balart dijo que el Congreso está alarmado por la situación en Venezuela y entiende que debe salir en defensa de los jóvenes estudiantes que están siendo “masacrados” por el aparato de represión del régimen.
“El Congreso entiende que tenemos que presionar, y que una manera de hacerlo es a través de las sanciones”, comentó.
Esa posición es muy diferente a la asumida por la administración de Barack Obama, que ha enfatizado que aún no considera que es necesario aplicar ese tipo de medidas, comentó.
Según el congresista, esa falta de acción por parte de la Casa Blanca se debe a que la administración no comprende muy bien lo que ha estado ocurriendo en America Latina.
“Hemos tenido una gran dificultad en conseguir que nuestro propio presidente entienda la realidad de lo que está ocurriendo en Venezuela”, comentó el congresista de Florida.
“Por años, le hemos estado diciendo a nuestra administración que tienen que entender lo que estamos enfrentando, porque no solo es una dictadura, es un cáncer en nuestro hemisferio. Es un cáncer que no solo está destruyendo y reprimiendo al pueblo de Venezuela, sino que está ayudando a quienes reprimen y asesinan a lo largo del hemisferio y a lo largo de todo el planeta”, comentó.
Fuente: EL Nuevo Herald.