La fase de racionamiento eléctrico impuesto a los centros comerciales podría extenderse, ya que la crisis en el sector exige tomar medidas aún más drásticas y que, como la mayoría de las tomadas por el Gobierno afectan directamente al pueblo.
Sobre esto, los centros comerciales se declaran a la espera de lo que podría ser un anuncio de extensión de la medida de ahorro energético que los obliga a generar su propia energía en horarios especiales, que fue anunciada el pasado 5 de febrero y que en una primera fase tendría una vigencia de tres meses.
Los primeros noventa días de medida se cumplirían el próximo 5 mayo. Sin embargo, el ministro encargado para el área energía eléctrica, Luis Motta Domínguez, ya ha declarado a medios nacionales que la disposición podría extenderse e incluso llevarse a nueve horas de autogeneración eléctrica, puesto que así se planteó desde un principio, toda vez que no mejorarán las condiciones del embalse de generación hidroeléctrica El Guri.
Rita Betancourt, representante del Centro Comercial Ciudad Las Trinitarias, apuntó que si bien el establecimiento que representa ha cumplido con el compromiso de autogenerar su propia energía eléctrica, esperan que haya una pronta solución a la problemática.
Por su parte, Luis Roberto Suárez, gerente general del Centro Comercial Sambil, señaló que como miembros de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), esperan respuesta del Gobierno nacional, ante el planteamiento realizado por el sector y cuyos detalles aún no son de conocimiento público.
“El planteamiento consiste en adoptar alternativas que permitan registrar una disminución del consumo eléctrico, sin afectar los horarios de rentabilidad de sus actividades”, comentó el representante de Sambil en la ciudad.
Sobre el costo o las pérdidas que representa la autogeneración continua de energía eléctrica, por parte de los centros comerciales, Suárez subrayó que “lo problemático no son los daños que pueda sufrir la planta”, ya que se trata de equipos reparables o sustituibles. Por el contrario, el mayor perjuicio se observa en la imposibilidad de brindar condiciones mínimas a los visitantes, lo que ha reducido la afluencia de usuarios y consumidores en centros comerciales, perjudicando a locatarios.
Reconoció que también se han incrementado los costos de mantenimiento. “Podemos paliar la situación con el encendido y mantenimiento, y asumir los gastos que surgen del usos de las plantas eléctricas, pero el mayor daño es no poder abrir nuestras puertas, por no poder brindar el confort necesario a los visitantes”, insistió.
No da para mucho
“Esto no se podrá hacer por mucho tiempo porque son plantas industriales, diseñadas en caso de en emergencias… Indudablemente esto es muy grave y se deben definir alternativas al respecto”, manifestó Betancourt también presidenta de la Cámara de Comercio de Lara, quien acotó que la medida no sólo afecta a vendedores, sino también a usuarios y consumidores, quienes se ven limitados al momento de adquirir un producto o servicio.
Indicó que bajo las actuales condiciones, no existe el desarrollo de potencialidades, sumado a la mermada producción nacional y la limitada importación. “El consumidor está frustrado y nosotros tenemos cada vez menos ventas, lo que nos preocupa mucho”, apuntó Betancourt, quien subrayó que en el país existe un descontento generalizado.
Con información de El Impulso