Un nuevo brote en el principal mercado de distribución de alimentos de Pekín, tras casi dos meses sin nuevos casos, disparó este sábado 13 de junio las alarmas en la capital y en toda China ante la amenaza de una nueva oleada del virus que eche abajo todo lo conseguido hasta el momento en el gigante asiático.
A las tres de la madrugada local (19.00 GMT del viernes), después de comprobar que 46 personas que habían visitado el mercado de Xinfadi -en el distrito de Fengtai, al suroeste de la ciudad- eran positivas en coronavirus pese a no mostrar síntomas, se decidió cerrar a cal y canto el gran centro distribuidor mayorista de verduras, frutas y otros productos frescos de la capital.
Centenares de agentes de las fuerzas de seguridad en camiones de transporte militar se presentaron en el inmenso mercado para sellarlo e impedir el paso de cualquier persona.
Horas antes se habían detectado cuatro casos confirmados en personas que habían estado en Xinfadi, por lo que se decidió realizar pruebas del virus a sus más de 10.000 empleados y vendedores, además de hacer un seguimiento estricto de todos los que lo han visitado desde el pasado 30 de mayo.
Tras realizar las primeras 517 pruebas aparecieron esos 46 casos asintomáticos, que se teme puedan ser muchos más cuando se realicen los test a todos los que trabajan en el mercado y los que lo visitaron en los últimos días o incluso semanas.
Once comunidades de viviendas cercanas al centro de distribución de alimentos se han aislado en cuarentena y, según los medios locales, los productos de los puestos del mercado como vegetales, frutas, camarones, cangrejos, carne de ternera o cordero quedaron sin recoger por la necesidad de inspeccionarlos para comprobar si tenían trazas del virus.
Redacción Maduradas con información de EFE
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