El pasado viernes 20 de agosto, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, emitió una amenaza dirigida al grupo Talibán que, actualmente, dispone del control del territorio afgano. Exigió que se respeten los acuerdos suscritos para la salida del personal estadounidense de Afganistán.
“Hemos dejado claro a los talibanes que cualquier ataque a nuestras fuerzas o interrupción de nuestras operaciones en el aeropuerto, tendrá una respuesta rápida y contundente«, afirmó en rueda de prensa.
En ese sentido, aseguró que están evaluando alternativas para salvaguardar la integridad de los estadounidenses que aún se encuentran en Afganistán.
«Estamos particularmente enfocados en nuestros compromisos en asegurarnos de que todos los estadounidenses que quieran irse puedan llegar al aeropuerto«, manifestó.
Del mismo modo, aseguró que tienen en «vigilancia» cualquier potencial «amenaza» terrorista en el aeropuerto de Kabul y sus alrededores.
«Lo he dicho todo el tiempo: vamos a mantener un enfoque láser en nuestra misión contra el terrorismo, trabajando en estrecha coordinación con nuestros aliados y nuestros socios y todos aquellos que tienen un interés para garantizar la estabilidad en la región», apuntó.
Sin embargo, pese a las palabras de Biden, este jueves 26 de agosto, se produjeron dos explosiones en las adyacencias del terminal aéreo de Kabul, luego de que un supuesto talibán suicida haya hecho detonar un artefacto explosivo. La consecuencia fue la muerte de un «número desconocido» de personas.