Casi a escondidas, los diputados e invitados a la sesión solemne de la Asamblea Nacional tuvieron que salir casi nueve horas después y bajo el asedio de colectivos chavistas violentos que aún permanecía en las adyacencias.
Varias horas después del ataque fue que la Guardia Nacional decidió establecer una especie de «túnel» de protección para que la AN fuese desalojada.
La presencia se dispuso hasta varias cuadras más arribas del Parlamento, en donde los chavistas seguían lanzando explosivos y disparando.