Al menos 20 personas fallecieron debido a los estragos provocados por las fuertes lluvias registras en el estado Mérida, de acuerdo a lo informado por el protector del régimen de Nicolás Maduro en esa región de Venezuela, Jheyson Guzmán.
En las zonas donde hace una semana estaban construidas casas e incluso comunidades, hoy están llenas de lodo, piedras, escombros de viviendas y pertenencias de las personas que lo perdieron todo tras la vaguada en el Valle de Mocotíes.
Los sobrevivientes recogen los restos de lo que fueran su hogares hace tan solo una semana, mientras otros limpian y sacan el lodo que sepultó y destruyó todo a su paso.
“Gracias a Dios y a la Virgen, tenemos salud y estamos vivos. Además, muchas personas nos han traído agua, comida, medicamentos. Nos han vacunado. Hemos tenido mucha ayuda”, expresó Álida Peña, de 54 años de edad, cuya casa continúa en pie pese a los daños, pero le pide al régimen de Maduro que empiece la limpieza de las vías alternas.
Decenas de familias se encuentran damnificadas y 800 viviendas sufrieron daños por los estragos ocasionados por las lluvias en Mérida, uno de los estados más afectados por las precipitaciones. Además, algunas localidades están sin energía eléctrica todavía, existen fallas en los servicios de telefonía y de agua potable.
Una de las zonas más afectadas por las precipitaciones presentadas en los últimos días es el municipio Tovar y sectores aledaños.
“Se llevó todo”
Johana Monsalve relató la historia de su hermano Franklin, quien vivía en el estado Zulia antes de migrar a Colombia debido a la inseguridad y la crisis económica que afronta Venezuela desde hace años.
“Los perros presienten las cosas, por eso ladraban y lloraban desesperadamente, cuando mi cuñada les abrió la puerta. El pobre cachorro entró corriendo y se metió debajo de la cama, contó Johan al Diario La Nación.
Franklin reunió el suficiente capital para volver al país y emprender su negocio de panadería, que lo instaló en el primer piso de la casa de su madre, Emilcen Guerrero. Sin embargo, lo perdió todo durante el deslave, ya que sus hornos, insumos y utensilios quedaron tapiados por el lodo.
“A los 10 minutos, el golpe en la puerta: ¡pun! Se llevó todo -agregó su mamá-. Quedamos atrapados. ¿Para dónde corríamos? Por allá era río; bajaba de todo por la otra calle. Lo único bueno fue que no había llegado a la acera y logramos salir a otra casa, porque nos dio más miedo estar aquí. Pero, antes de irnos, nos hincamos y le pedimos a Dios. Esto no sabemos cómo explicarlo. Mi nuera, con el niño de ocho meses en brazos. No sabíamos qué hacer, pedíamos auxilio al vecino, pero ¿por dónde íbamos a pasar? Cosas de Dios. Dios es muy grande. Yo no podía cruzar. Mi hijo me ayudó, y la ayudó a ella con el bebé. Fue una cosa que en la vida no habíamos vivido”, describió Emilcen Guerrero.
“Dios nos da y nos quieta”
Alfredo Ovando, de 63 años de edad, es propietario de una propiedad formada por tres departamentos, todos habitados por familias que resultaron ilesas. En un principio, todos se refugiaron en el tercer piso, pero cuando sintieron y escucharon el “crujir” de las bases de la vivienda, se fueron a otro lugar. Perdieron dos motocicletas, tres carros y electrodomésticos.
“Nacemos desnudos, y morimos desnudos. Dios nos da y nos quita la vida. Lo importante es que estamos vivos”, dijo Ovando, quien continúa limpiando su casa, cuto primer piso terminó repleto de barro.
Sin agua potable
Gladys Arellano, organizadora de la “Olla Solidaria”, pidió a las autoridades que apoyen a todas las comunidades afectadas por los estragos de las lluvias: Las Acacias, la avenida Perimetral, la zona de campo de San Pedro, El Amparo, San Francisco y El Carrizal.
La miembro de las Damas de Blanco y Solidarios con Venezuela, seccional Tovar, aseguró que la mayoría de los habitantes de ese municipio no cuentan con agua potable, porque el acueducto colapsó y el otro presentó daños considerables.
Ayuda mal distribuida
La líder de la comunidad de El Corozo envió un mensaje de alerta a quienes deseen ayudar a la población del Valle de Mocotíes: “sepan a quién se la van a dar, pues estamos viendo que está mal distribuida. Hay personas que quedaron sin nada; entonces, deben verificar dónde y cómo se va a organizar a todos esos damnificados. Muchos de ellos ya están presentando brotes y escoriaciones en su piel, más el daño psicológico que acarrea está situación. Tovar nos necesita a todos”.
Alertó que todavía se preguntan a dónde van a reubicar a todas las familias damnificadas porque se desconoce “cuál institución va a tenerlos”.
“Anoche -viernes 27 de agosto- estábamos esperando a la gente de Cáritas de Venezuela, y los ocho camiones los tenían retenidos en la entrada, no los dejaban pasar. Esa es otra traba que he visto y no entiendo por qué. Sea ayuda internacional, sea ONG, sea lo que sea, las personas están necesitando de mucha colaboración y no es el deber ser que ellos -la GNB- hagan eso. El hecho de que sean autoridades no les da derecho de manejar esta situación de esa manera, porque nos estamos dando cuenta de que lo están haciendo mal, porque no está llegando la ayuda a quien realmente la necesita”, aseveró.
Redacción Maduradas con información del Diario la Nación.
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