Este viernes 1 de junio el gobierno nacional autorizó la excarcelación de 39 presos entre políticos y comunes, en el marco de un proceso que el presidente Nicolás Maduro ha vendido como «pacificación» del país y para el que pidió como garantes a los gobernadores opositores.
La medida no ha estado exenta de reproches y críticas, puesto que en el camino, han surgido a la luz detalles que demuestran que el gesto no es todo lo «benevolente» que pintan.
Acá le detallamos cuáles son esos elementos turbios que el gobierno no ha dejado claro sobre este proceso que acaparó la atención mediática este viernes:
1) El «Show»:
Para ser un acto «benevolente y de buena voluntad» como lo ha promovido el gobierno, se volvió a recurrir a un formato que han usado en ocasiones anteriores: obligar a los presos políticos a comparecer ante una instancia del gobierno para escuchar las alocuciones de voceros oficialistas sin tener derecho a intevenir u opinar sobre los conceptos emitidos en el lugar. Solo el general Ángel Vivas tuvo la valentía de rebelarse ante una cámara de televisión y pedir la «caída de la tiranía» al inicio del evento: