La crisis de salud en Venezuela se agrava diariamente. Más de una decena de niños convulsionaron por efectos adversos de la quimioterapia en el Hospital J.M de los Ríos, donde como en la mayoría de los centros asistenciales hay escasez de insumos y medicamentos.
El martes, a José Ángel Rojas, de 4 años de edad y con diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda, le realizaron una punción lumbar en el Servicio de Hematología del Hospital J. M. de los Ríos, procedimiento en el que se extrae líquido cefalorraquídeo para buscar células malignas y luego se recibe una dosis de quimioterapia. José Ángel despertó de la anestesia, comió y se fue al albergue donde su mamá y él se quedan mientras recibe tratamiento.
“Se quedó dormido. Intenté despertarlo varias veces, pero no reaccionaba y empezó a botar baba. Cuando le conté a la doctora, me dijo que lo devolviera de inmediato al hospital. Tienen que decirnos qué está pasando, se nos mueren nuestros hijos y quién nos responde”, cuenta Clemencia Macayo, madre del niño. Desde que lo ingresaron, está recibiendo hidratación y dextrosa (glucosa).
Como José Ángel hay otros 10 pacientes más. El martes, 15 pacientes fueron intervenidos: a 4 de ellos les hicieron un aspirado de médula y a 11 una punción lumbar. Los 11 debieron regresar porque casi todos presentaron efectos adversos, reseñó El Nacional.
Ayer en la mañana, en una reunión que sostuvieron con las jefas del servicio, Marisol Zavara y Susana Pachano, y la directora del hospital, Mayra Oviedo, las madres supieron que la sospecha principal recae sobre la citarabina, medicamento que se utilizó en todas las quimioterapias aplicadas el martes.
De los hospitalizados, tres ingresaron por emergencia y ayer en la mañana se agregó una cuarta niña que estaba convulsionando. Uno de los niños, de 8 años de edad, fue internado en terapia intensiva. Era la primera vez que recibía el tratamiento.
“Las doctoras Pachano y Zavara se trasnocharon con nuestros hijos, estaban muy preocupadas, enviaron cartas a la dirección del hospital y al Instituto Nacional de Higiene para que se identifique qué fue lo que pasó. Si son los mismos medicamentos de siempre, si cambiaron algún componente. Las mamás queremos respuestas”, indica Anaika Espinoza, madre de una paciente de 5 años de edad, que tiene dos años en tratamiento, y que no resultó afectada pero que estuvo bajo observación a manera de prevención.
Mayra Oviedo, directora del J. M. de los Ríos, aseguró por teléfono que se están haciendo las investigaciones pertinentes. Las madres, además, agradecieron que la doctora se hubiese acercado al servicio a hablar con ellas y ver a los niños. “Estamos analizando todo el proceso, el flujograma del tratamiento, desde que se prepara el medicamento en la Unidad de Mezcla hasta que se aplica, la velocidad con la que se aplica y quién lo aplica para saber qué fue lo que sucedió. Hasta el momento no tenemos más información que eso”.