El presidente boliviano, Evo Morales, siguiendo los pasos de Nicolás Maduro, denunció este sábado 9 de noviembre un presunto golpe de Estado en su contra y propuso un diálogo con todos los sectores a fin de «pacificar» el país.
«Está en marcha un golpe de Estado contra un gobierno democráticamente electo», dijo Morales quien también pidió a sus seguidores «movilizarse para defender la patria».
«Convoco al diálogo a los partidos políticos que han obtenido asambleistas en las elecciones. Vamos a instalar una mesa de diálogo para pacificar Bolivia», adelantó.
Invitó a organismos internaciones y representantes de la Iglesia Católica a acompañar dicho diálogo, con el propósito de “construir una democracia participativa”.
«Invito a organismos internacionales, la ONU, la OEA, países de cualquier parte del mundo, a las iglesias y al papa Francisco, a acompañar este diálogo, y a conocer de cerca este golpe que está en marcha», advirtió.
De igual forma, instó a la Policía Nacional a ponerse de su lado y cumplir con su misión: garantizar la seguridad del pueblo.
Más temprano, el Ministerio de Relaciones Exteriores alertaba sobre un Golpe de Estado en proceso, provocado por grupos cívicos radicales.