Recientemente, organizaciones no gubernamentales venezolanas advirtieron al respecto de los efectos negativos para los adolescentes detenidos, en el marco de las protestas en rechazo a los resultados electorales del pasado 28 de julio en el país.
Hasta el momento, se tiene conocimiento de que un total de 158 jóvenes habrían sido aprehendidos y apenas 86 excarcelados, tras las manifestaciones.
De acuerdo con las denuncias de los padres, a través de diversos medios de comunicación, al menos ocho de los adolescentes recluidos en la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), conocida como Zona 7 en Caracas, fueron víctimas de abuso sexual, tortura con descargas eléctricas y asfixia.
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), el ser calificados como «terroristas» implica que los adolescentes pueden desarrollar problemas psicológicos y sentirse «humillados y maltratados».
«¿Cómo se repara el daño psicológico causado a estos jóvenes? Es bien sabido que bajo condiciones de encarcelamiento hay diversos factores que afectan la salud mental, y la exposición a situaciones de riesgo por el colapso del sistema penitenciario en Venezuela agrava sus consecuencias«, indicó la ONG.
De acuerdo con los psicólogos consultados por el OVP, los adolescentes sometidos a violencia o encarcelamiento pueden desarrollar trastornos mentales como cambios de comportamiento, ataques de pánico, baja autoestima, estrés, ansiedad, depresión, psicosis e incluso llegar al suicidio. Todo esto sin considerar el profundo daño que están causando en algunos detenidos con condiciones especiales como autismo.
Redacción Maduradas con información de La Patilla
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