Cada vez se hace más vulnerable la infancia venezolana debido a la pobreza, la migración y la violencia intrafamiliar, lo que pone en alerta a los defensores de los derechos de la niñez.
«El incremento de solicitudes para ingresar a una casa hogar ha aumentado 70% en los últimos dos años, frente a un decrecimiento de la cantidad de casas hogar«, advirtió el abogado Leonardo Rodríguez, exdirector de la red de casas de abrigo Don Bosco.
En 2016 Venezuela contaba con 56 albergues infantiles, pero este año solo siguen operativos 30, la mayoría han errado por falta de financiamiento, informó la Asamblea Nacional de Entidades y Programas de Protección a la Niñez y Adolescencia.
«Se ha incrementado de manera importante el tema del abandono, abandono en vía pública o abandono hospitalario. Nos están llegando muchos casos por maltrato y, lamentablemente también, muchos casos de abuso sexual«, indicó Dayany Sánchez, directora legal de la red de casas de abrigo Hogar Bambi.
Al menos 100 niños y adolescentes reciben cobijo por parte de Hogar Bambi, pero la organización no recibe suficientes donaciones.
«Desafortunadamente, al ser más difícil la realidad con la que nos llegan los niños, evidentemente, la inversión que se requiere hacer es de especialistas. Hay muchos temas de desnutrición, llegan con secuelas de salud integral. Requieren de mayor abordaje. Ese abordaje es costoso. Necesitan exámenes de laboratorio, dieta especial, atención por psicología o psiquiatría, y esa es una inversión demasiado elevada», precisó.
Por otro lado, la casa Hogar Domingo Savio, en Caracas, donde se albergaba a 31 niños ahora se tiene capacidad para recibir a la mitad.
«Hemos tenido la pérdida de bastantes donantes que se fueron. Empresas y amigos que se han ido del país y que nos apoyaban con comida, con cualquier necesidad, porque la casa hogar se sostiene de la caridad», lamentó Luisa Astudillo, administradora.
Con los ingresos que reciben apenas pueden mantener la infraestructura de manera parcial, aún necesitan hacer reparaciones en los baños, y a los vehículos para movilizar a los niños a clases o a recreaciones.
«No solamente comen, no solamente se visten, hay que atenderles la parte emocional, vienen de situaciones bastante complicadas, han pasado por cosas de su vida. ¡Son niños! Son niños pequeños que tienen que ir avanzando y hacerles ver que tienen oportunidad de salir adelante», indicó.
Redacción Maduradas con información de VOA.
Lea también: